SANTO DOMINGO. – En la Audiencia Solemne con motivo del 180 aniversario de la Constitución dominicana, la magistrada Alba Luisa Beard destacó la importancia de los derechos a la intimidad y al honor personal como pilares fundamentales de la dignidad humana.
Beard enfatizó que la protección de estos derechos, consagrados en la Constitución, es esencial para preservar el respeto y la dignidad de cada individuo en la sociedad actual, caracterizada por la rápida difusión de información a través de redes sociales y otras plataformas digitales.
“La Constitución garantiza el derecho de cada ciudadano a la intimidad, al buen nombre y a la propia imagen, tal como lo establece el artículo 44. Se debe respetar la no injerencia en la vida privada, familiar, el domicilio y la correspondencia del individuo, y cualquier vulneración debe ser resarcida conforme a la ley”, afirmó Beard.
La magistrada explicó que el derecho a la intimidad permite a cada persona disfrutar de un espacio privado sin necesidad de justificarlo ante el público.
En este sentido, Beard resaltó la importancia del “derecho al olvido”, que permite a los ciudadanos solicitar la eliminación de información personal que sea irrelevante o perjudicial. “La apropiación indebida del nombre o imagen de una persona, la distorsión de su voz o la difusión de hechos privados sin su consentimiento son atentados contra la intimidad”, señaló la magistrada, citando al jurista Emilio Urquiaga para ilustrar cómo estos principios están definidos en la doctrina jurídica.
La magistrada también recordó que el Tribunal Constitucional ha emitido importantes fallos en defensa de estos derechos. Citó, entre otras, la sentencia TC-0182 de 2015 sobre el derecho a la intimidad y la sentencia TC-0966 de 2018 sobre el derecho al honor, ambas enfocadas en cómo estos derechos contribuyen a la protección de la dignidad individual y limitan la libertad de expresión en casos de ataques injustificados a la reputación.
“Estos derechos son un compromiso tanto de los poderes públicos como de cada ciudadano en un Estado democrático”, concluyó Beard, instando a la sociedad y a los organismos del Estado a equilibrar la libertad de expresión con la protección de la dignidad humana.
En un contexto donde la información puede difundirse de forma masiva e inmediata, la magistrada hizo un llamado a respetar estos principios para asegurar una convivencia armoniosa y respetuosa en la era digital.
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