El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que acelere las deportaciones de inmigrantes indocumentados en ciudades gobernadas por demócratas. Esta acción forma parte de lo que el mandatario ha descrito como el “programa de deportación masiva más grande de la historia”.
La medida se implementa bajo la “Operación Safeguard”, iniciada en enero de 2025. Su objetivo principal es detener y deportar rápidamente a personas sin documentación legal en áreas urbanas, con especial enfoque en las llamadas ciudades santuario, donde las autoridades locales limitan su cooperación con las agencias federales de inmigración.
Ciudades en la mira
Los Ángeles, Chicago y Nueva York han sido señaladas como los principales focos de esta ofensiva. Estas ciudades han sido también escenarios de numerosas protestas contra las políticas migratorias de la actual administración.
Líderes demócratas han reaccionado con firmeza contra la medida. Gavin Newsom, gobernador de California, criticó el despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles, calificándolo como innecesario y desproporcionado. En contraste, figuras del Partido Republicano han respaldado la acción, sosteniendo que se trata de una medida para reforzar la ley y el orden.
Preocupación en comunidades inmigrantes
Diversas organizaciones de derechos civiles y líderes comunitarios han condenado estas acciones, señalando que aumentan el miedo en las comunidades inmigrantes y violan principios fundamentales de derechos humanos. Se anticipan más protestas en todo el país en los próximos días como respuesta a esta política.
