El funeral del papa Francisco, celebrado este 26 de abril de 2025 en el Vaticano, simbolizó mucho más que el adiós a un pontífice: representó un profundo giro en la manera en que la Iglesia Católica honra a sus líderes espirituales. Por voluntad expresa de Francisco, su despedida estuvo marcada por la humildad, la sencillez y el contacto directo con el pueblo, alejándose de las fastuosas ceremonias que acompañaron a sus predecesores.
Comparar el funeral de Francisco con los de Juan Pablo II y Benedicto XVI permite entender no solo las diferencias de estilo entre estos tres papas, sino también el reflejo de los cambios en la cultura eclesiástica de las últimas décadas. Cada uno dejó una huella distinta, tanto en vida como en su despedida, desde los gestos multitudinarios hasta las decisiones personales sobre el ritual de su entierro.
Este reportaje recorre las claves que diferenciaron los funerales de los últimos tres pontífices: los rituales litúrgicos, los protocolos diplomáticos, la cantidad de fieles congregados, el número de delegaciones oficiales presentes, y la visión de Iglesia que cada uno quiso dejar como legado, en el umbral de su partida eterna.
Juan Pablo II: Un funeral de Estado sin precedentes
El 2 de abril de 2005, el mundo se detuvo ante la muerte de Juan Pablo II, el Papa polaco que lideró la Iglesia durante 27 años. Su funeral fue uno de los eventos religiosos y diplomáticos más multitudinarios de la historia moderna.
Más de 500.000 personas colmaron la Plaza de San Pedro y sus alrededores, mientras que otros tres millones visitaron su capilla ardiente. Representantes de más de 80 países y ocho casas reales se dieron cita en el Vaticano, en un tributo que trascendió credos y fronteras.
El cardenal Joseph Ratzinger (futuro Benedicto XVI) presidió la ceremonia, en la que miles de fieles gritaron “¡Santo súbito!” pidiendo su canonización inmediata. Su entierro siguió el protocolo tradicional: fue colocado en tres ataúdes —de ciprés, plomo y roble—, siguiendo una práctica centenaria que simbolizaba la dignidad, la fuerza y la eternidad del pontífice.
El funeral fue transmitido en vivo a nivel mundial y en lugares como Cracovia, su ciudad natal, unas 800.000 personas siguieron la ceremonia en pantallas gigantes. La magnitud del evento evidenció el impacto espiritual, político y cultural que Juan Pablo II había tenido en el mundo.
Benedicto XVI: La serenidad de un papa emérito
El 31 de diciembre de 2022, falleció Benedicto XVI, quien pasaría a la historia como el primer papa en renunciar en más de seis siglos. Su muerte, anunciada de manera sobria por el Vaticano, dio paso a un funeral de perfil más discreto.
Celebrado el 5 de enero de 2023, su misa fúnebre fue presidida por el papa Francisco en la Plaza de San Pedro. Solo Italia y Alemania enviaron delegaciones oficiales, reflejo de su deseo de mantener un acto humilde y acorde a su figura reservada. A diferencia de Juan Pablo II, no hubo triple ataúd, ni presencia de tiara o palio.
Su cuerpo, primero velado en el monasterio Mater Ecclesiae, fue luego trasladado a San Pedro y enterrado en la tumba que antes ocupaba Juan Pablo II en las Grutas Vaticanas.
El entierro de Benedicto reflejó su carácter académico y su renuncia histórica, en un momento de recogimiento más que de espectáculo global.
Francisco: El papa de los últimos
El papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025 a los 88 años, dejó instrucciones claras para un funeral marcado por la humildad y la sencillez. Fue el primer pontífice en ser enterrado fuera de la Basílica de San Pedro en más de un siglo, en la Basílica de Santa María la Mayor, donde tantas veces acudió a rezar.
Su cuerpo, vestido con una sencilla túnica blanca y un rosario negro, reposó en un único ataúd de madera. No se usaron símbolos de poder como la tiara ni epitafios elaborados: su lápida simplemente lleva la inscripción “Franciscus“.
Unas 250.000 personas abarrotaron Roma para despedirlo, entre ellos delegaciones de 148 países y unos 50 jefes de Estado y de Gobierno, incluyendo figuras como Donald Trump, Volodimir Zelensky, Emmanuel Macron y Luis Abinader, el presidente de la República Dominicana.
La procesión fúnebre, inédita, trasladó su ataúd en el papamóvil adaptado desde San Pedro hasta Santa María la Mayor, cruzando lugares icónicos como el Coliseo y el Foro romano. A diferencia de otros funerales, su llegada estuvo acompañada por migrantes, personas trans, presos y sintecho, reflejando su opción preferencial por los marginados.
Diferencias clave en los funerales papales
| Aspecto | Juan Pablo II | Benedicto XVI | Francisco |
|---|---|---|---|
| Año de fallecimiento | 2005 | 2022 | 2025 |
| Lugar de entierro | Grutas Vaticanas | Grutas Vaticanas | Basílica Santa María la Mayor |
| Ataúd | Triple (ciprés, plomo, roble) | Único (madera) | Único (madera) |
| Delegaciones oficiales | +80 países | Italia y Alemania | 148 países |
| Asistentes estimados | 500,000 en plaza; 3 millones en capilla ardiente | Moderado | 250,000 |
| Cónclave posterior | Sí, eligió a Benedicto XVI | No hubo (papa emérito) | Habrá |
| Presidió el funeral | Joseph Ratzinger | Papa Francisco | Decano Giovanni Battista Re |
Tres entierros, tres visiones de Iglesia
Los entierros de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco reflejan más que el fin de sus vidas: expresan los cambios internos de la Iglesia Católica.
Mientras Juan Pablo II dejó un legado de liderazgo global y presencia diplomática, Benedicto XVI representó la profundidad teológica y humildad intelectual. Francisco, en cambio, selló su testamento espiritual con una Iglesia en salida, cercana a los pobres y a los marginados, rompiendo con siglos de pompa papal.
Con un nuevo cónclave en el horizonte, nombres como Matteo Zuppi, Pietro Parolin, Luis Antonio Tagle y Peter Turkson suenan como posibles sucesores. La elección marcará no solo quién guiará a la Iglesia, sino qué rostro mostrará al mundo en el siglo XXI.
Por: Itzel Olivo
