El municipio de Quisqueya, en San Pedro de Macorís, se encuentra en el centro de la polémica tras revelarse presuntos abusos sexuales cometidos por dos maestros de la escuela básica de La Siria contra una estudiante de 13 años. Este caso ha desatado indignación en la comunidad, llevando a protestas, suspensión de clases y el inicio de una investigación tanto judicial como educativa.
Los maestros señalados son Alejandro Roberto Bello Matos, actualmente prófugo, y Fernando Peña Eusebio, quien se entregó a las autoridades. Según testimonios, los abusos habrían ocurrido durante casi tres meses. La menor confesó haber sido intimidada por los acusados para que guardara silencio.
Una reunión realizada el 14 de noviembre en una finca de la localidad destapó un intento de manejar los rumores internamente. Luis Sosa, coordinador del plantel, confirmó que participaron en la reunión la directora, la orientadora y otros docentes. Aunque se redactaron informes sobre los rumores y conversaciones inapropiadas, estos nunca fueron entregados al Distrito Educativo, lo que permitió que la situación escalara sin control.
La reacción de la comunidad
Cuando los rumores llegaron a la población del batey La Siria, la indignación no tardó en manifestarse. Residentes bloquearon calles, quemaron neumáticos y exigieron justicia inmediata. Incluso, según Isidro Santana, director regional de Educación, hubo amenazas de linchar a los maestros implicados.
“Al ver ese alto grado de violencia, cerramos las clases presenciales y trasladamos la enseñanza a modalidad virtual para proteger al personal y calmar los ánimos”, explicó Santana. Las clases presenciales estuvieron suspendidas durante una semana.
La madre de la menor, Andrea, relató entre lágrimas cómo se enteró de los hechos. “Un primo me llamó para decirme lo que pasaba con mi hija. Sentí que todo se me cayó”, expresó. El padre, Andrés, confesó que nunca imaginó que algo así podría suceder, especialmente porque uno de los acusados era maestro y líder en la iglesia local.
La menor reveló que los abusos habrían ocurrido durante meses y que era amenazada para no contar lo sucedido. “Ellos la agarraban por el cuello y la atemorizaban”, señaló el padre.
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