Mamá Tingó, cuyo nombre de pila era e Florinda Muñoz Soriano, nació el 8 de noviembre de 1921 en Villa Mella, donde en su honor se nombró una estación de la primera línea del Metro de Santo Domingo.
Soriano se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos agrarios de los campesinos tras su trágica muerte el 1 de noviembre de 1974, cuando fue asesinada por el empleado de un terrateniente contra quien ella lideraba una lucha por unas parcelas que él había cercado en Yamasá, provincia Monte Plata.
Su legado como defensora de los derechos de la mujer campesina sigue siendo fuente de inspiración. No obstante, a pesar de que se convirtió en un símbolo, muchos jóvenes ignoran quién fue, lo que ha generado preocupación entre historiadores.
Algunos historiadores han señalado que la ausencia de figuras como Mamá Tingó y otras luchadoras sociales en los libros de texto dominicanos refleja una falta de contenidos que visibilicen las contribuciones de mujeres y movimientos sociales en la construcción cultural del país.
No se pone todo
En su caso, el historiador Roberto Cassá reconoció que en su libro «Historia Social y Económica de la República Dominicana» tomo l y ll, no se menciona la vida de Mamá Tingó. «Ningún libro de historia lo abarca todo«, explica. Indica que la mayoría de los textos ofrecen solo un panorama general de los hechos y de las figuras históricas más relevantes.
Cassá señala, además, que «en el país existen pocos historiadores» y que la mayoría de los jóvenes menores de 30 años desconocen la contribución histórica de algunas figuras.
Hace falta mucho más
De su lado, el historiador Augusto Bravo destacó la necesidad de renovar la educación histórica del país y ampliar los contenidos.
Bravo, director General del Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación (CRAI), de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, (UASD), explicó a Diario Libre que en el país lo que hace falta es una segunda historia. Criticó el modelo educativo actual, «que no permite que los jóvenes comprendan la historia social del país, lo que resulta en una falta de conocimiento sobre figuras claves».
«En el contenido de lo que se llama historia no figura ese eje transversal que visibiliza el aporte de la mujer», puntualizó.
Señaló que esto limita la apreciación de la lucha de Mamá Tingó.
Enfatizó que, a pesar de monumentos en su honor, «todavía hace falta mucho más, como exaltar su lucha, sus reivindicaciones y su ejemplo de vida».
Llamó la atención sobre la falta de enfoque, por ejemplo, la manera cómo se recuerda a Juan Pablo Duarte, donde «se habla mucho de su nombre, pero se olvida resaltar su obra y ponerlo en contexto».
Una subdirectora de escuela básica reveló a Diario Libre que en los últimos libros de texto se «descontinuó la historia«, aunque resaltó que se sigue enseñando sobre personajes relevantes como Mamá Tingo, durante las efemérides que establece el Ministerio de Educación.
Las obras que le rinden homenaje en el país
A lo largo de su vida, Mamá Tingó fue fundadora de la Federación de Ligas Agrarias Cristianas y luchó por la redistribución de la tierra, logrando que más de 300 familias obtuvieran sus terrenos.
Su historia ha sido objeto de investigaciones, como la que figura en el libro «Mamá Tingó, Resistencia Campesina», publicado en el 2021 por el Ministerio de la Mujer en su página web, que la presenta de esta manera: «El Ministerio de la Mujer tiene un compromiso ineludible con la memoria de las mujeres, especialmente con aquellas, cuya vida está marcada por la lucha, el compromiso y la entrega en favor de los derechos humanos y la nación. Con esta publicación exaltamos la labor de Florinda Muñoz Soriano, «Mamá Tingó«, una mujer guerrera, digna representante de las campesinas de nuestro país».
También, se han creado en el país diversas iniciativas para honrar su memoria, entre ellas se encuentran el Monumento a Mamá Tingó en Villa Mella, la escuela básica que lleva su nombre, y el Centro Cultural Mamá Tingó.
Las conmemoraciones anuales, que incluyen ferias y actividades culturales, buscan mantener vivo su legado. Además, la campaña «Mamá Tingó Vive» promueve la sensibilización sobre los derechos agrarios y recuerda su lucha. Sin embargo, a pesar de estos homenajes, Bravo subraya que «todavía hace falta mucho más».
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