El mundo del béisbol enlutó el domingo. La muerte de Osvaldo José Virgil Pichardo no dejó indiferentes. La noticia se expandió como la lluvia torrencial, desde los medios de alta audiencia en Estados Unidos, la República Dominicana y países con público beisbolero, pasando por clubes, la MLB, Lidom…
Partió de este mundo, en la tierra donde nació hace 92 años, el pionero en las Grandes Ligas de la nacionalidad que más impacto ha tenido en las últimas seis décadas.
Cuando Virgil apareció ese 23 de septiembre de 1956 en el estadio Polo Ground, en el Alto Manhattan, es probable que los 6,134 espectadores que presenciaron el choque entre los Gigantes de Nueva York y Filis de Filadelfia ignoraban el acontecimiento ante el que estaban.
Entonces, ya Colombia, Cuba, México, Puerto Rico, Venezuela y Panamá habían inscrito jugadores en la Gran Carpa.
Si la llegada de Jackie Robinson nueve años antes (1947) cambió para siempre las Grandes Ligas, con Virgil se subió a otro escalón.
Tras Virgil llegaron Felipe Alou, Juan Marichal y otros 934 peloteros con su misma nacionalidad, entre ellos cinco que son inmortales, ganadores de 10 premios MVP, cinco al Cy Young, ocho al Novato del Año y dos Dirigentes del Año.
Desde 1978, los dominicanos lideran la representación extranjera. Desde el año 2002, los quisqueyanos superaron a los afroestadounidenses y se convirtieron en la principal minoría, según la SABR.
Legado
Virgil fue exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano en 1984. La Lidom le dedicó su campeonato de 2006-2007.
En honor a su hazaña, el Congreso Nacional declaró el 23 de septiembre como Día Nacional del Pelotero.
«RIP-EPD Osvaldo Virgil. Gracias por abrir las puertas para todos nosotros», escribió en X, Manny Acta, exdirigente de Nacionales e Indios.
«Con profundo dolor recibimos la noticia del fallecimiento de Osvaldo Virgil. Un verdadero inmortal del deporte dominicano y un ícono del béisbol en nuestro país», Kelvin Cruz, ministro de Deportes, acompañado de una visita reciente que hizo a su hogar en Montecristi.
La fecha
En «Yo, Virgil, Mi historia, libro biográfico que publicara en 2021 el fenecido periodista Mario Emilio Guerrero, Virgil contó que recibió una llamada directamente del dueño de los Gigantes, Horace Stoneham, quien le informó que lo iban a convocar para los últimos días de la temporada de 1956, un debut que se retrasó un día debido a que el auto de Virgil estaba estacionado en el lado equivocado de su calle en Nueva York y fue remolcado.
«Las emociones fueron indescriptibles», le dijo Virgil a Guerrero sobre sus primeros momentos en el campo de Polo Grounds como jugador de Grandes Ligas. «Lo que había soñado desde pequeño y por lo que tanto había trabajado desde que llegué a Nueva York en 1947, superando tantos obstáculos, era una realidad».
Nacido en el pueblo de Montecristi, en 1932, Virgil se mudó con su familia a Nueva York cuando era adolescente, asistió a la escuela secundaria en el Bronx, sirvió en la Infantería de Marina de los Estados Unidos y luego fue firmado por los Gigantes en 1952, un año antes de su debut en las Ligas Menores.
Virgil bateó .235 en 96 juegos para Nueva York en 1957, y un año después, el hombre apodado «Orégano» se convertiría en el primer jugador de color en jugar para los Tigres de Detroit en 1958.
Después de jugar partes de nueve temporadas con los Gigantes, los Tigres, los Atléticos de Kansas City, los Orioles y los Piratas, Virgil se retiró en 1969. Tras concluir su carrera como jugador, Virgil fue coach en las Grandes Ligas, con Gigantes y luego, notablemente, bajo el mando del inmortal Dick Williams, para los Expos, los Padres y los Marineros.
Virgil también fue un exitoso dirigente en invierno, ganando campeonatos en Dominicana y Venezuela.
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