La Policía Nacional de España ha detenido a un sacerdote en la localidad de Vélez-Málaga por agredir sexualmente al menos a cinco mujeres, a las que sedaba previamente y las grababa durante los actos de abuso.
Las víctimas pertenecen a su círculo cercano de amistades y no desconocían que habían sufrido una agresión de carácter sexual hasta que la Policía se contactó con ellas, según un comunicado de la institución.
Los hechos sucedieron a lo largo de varios años. El hombre aprovechaba viajes con sus amigos para llevar a cabo las agresiones sexuales impunemente, debido a que suministraba a las mujeres algún tipo de sustancia sedante para dejarlas totalmente inconscientes.
Tras su detención el pasado 11 de septiembre, el sujeto ingresó a prisión preventiva acusado, por el momento, de cuatro delitos de agresión sexual bajo sumisión química y cinco delitos contra la intimidad.
Los hechos se destaparon el pasado mes de agosto, cuando su pareja, con la que convivía en la ciudad autónoma de Melilla, enclave español en el norte de Marruecos, encontró un disco duro en el que había fotografías y videos donde aparecían mujeres inconscientes, a las que su pareja realizaba “todo tipo de prácticas sexuales”.
Ante la posibilidad de que se tratara de actos sexuales no consentidos, la mujer realizó una copia del disco duro y acudió a los responsables de la Diócesis de Málaga, quienes le animaron a interponer una denuncia ante las autoridades pertinentes.
La Policía no descarta que existan más víctimas que tampoco sean conscientes de haber sido agredidas sexualmente en Melilla, Málaga o Córdoba, de donde procedían los círculos de amistades del sacerdote.
El análisis del material audiovisual realizado por los agentes, que todavía continúa, ha revelado que las agresiones se realizaron de manera continua entre 2017 y 2019 en diferentes lugares. Sin embargo, existe la posibilidad de que haya más casos fuera de ese período.
La Diócesis de Málaga emitió este lunes un comunicado en el que afirma sentir “profundamente el daño que esta situación implica” y manifiesta su “dolor como comunidad católica”. Además, señala su “condena más profunda y contundente contra cualquier tipo de vejación o abuso a la mujer”.
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